MEDIDAS DE SALUD PARA LAS PERSONAS ELECTROHIPERSENSIBLES Y OTRAS PRECAUCIONES PARA PREVENIR LA ENFERMEDAD
MEDIDAS DE SALUD PARA LAS PERSONAS ELECTROHIPERSENSIBLES Y OTRAS PRECAUCIONES PARA PREVENIR LA ENFERMEDAD
En primer lugar es necesario discernir entre “eléctricamente sensibles” y “electrohipersensibles”.
Todos los humanos somos sensibles eléctricamente pues si entramos en contacto con cualquier fuente eléctrica recibimos una descarga.
Sin embargo, eléctricamente hipersensible significa presentar una serie de síntomas (mareo, dolor de cabeza, confusión mental, enrojecimiento, sofocos, sensación de ahogo, adormecimiento de miembros, cansancio crónico, dificultad para dormir...) que se activan o se intensifican ante la presencia de aparatos eléctricos, transformadores, antenas de telefonía móvil u otras fuentes de radiación.
En la sociedad actual es muy difícil encontrar espacios blancos o lo que es lo mismo, superficies carentes de ondas de frecuencia o de muy baja exposición. Estos lugares serían los ideales para las personas afectadas por electrohipersensibilidad.
La mayoría de las veces por motivos laborales, familiares, económicos… no nos podemos permitir la “huída” a puntos carentes de radiación pero está en nuestras manos llevar a cabo una serie de medidas que minimizarán nuestra exposición y redundarán en un beneficio para nuestra salud. A continuación hacemos figurar algunas muy básicas:
· Ventilar nuestra vivienda dos veces al día (mañana y noche), mínimo una media hora cada vez.
· Hacer mediciones del nivel de radiación de los lugares en los que permanecemos más horas a lo largo del día: habitación en la que dormimos, puesto de trabajo… Para ello existen aparatos detectores de radiación electromagnética con el que podrás medir los campos eléctricos y magnéticos en oficinas, salas de ordenadores, salas de control, líneas eléctricas, cables, monitores, teléfonos móviles, ordenadores, fotocopiadoras, máquinas de fax, aires acondicionados, electrodomésticos... Podemos hacerlo con uno de los aparatos detectores de radiación presentes en el mercado o contactar con alguna empresa especializada.
· Instalar aparatos generadores de iones negativos (ojo que estos aparatos están enchufados a la corriente eléctrica entonces habrá que validar en cada caso particular los beneficios o prejuicios) para mejorar la calidad de aire y reducir la carga electroestática (en la naturaleza los iones negativos son generados por la luz solar, los relámpagos o el movimiento del agua, bien a través de las olas, bien con los saltos de agua).
· Algunas plantas que podemos cultivar en el interior como las cintas, los cactus, el potus, el spathiphyllum, el bambú, las sansevierias, el ficus… absorben radiación.
· Si vivimos en el campo, algunos árboles como el eucalipto tienen la virtud de servir de barrera natural a las ondas de frecuencia.
· Prescindir de los teléfonos inalámbricos sustituyéndolos por los teléfonos fijos de cable.
· Sustituir las redes WiFi por línea de cables (Ethernet) con el fin de evitar las ondas de alta frecuencia.
· Apantallamiento de paredes con pintura de grafito (conductivas) con tomas a tierra para combatir la electrocontaminación.
· Restringir y. a ser posible, evitar el uso de teléfono móvil. Cuando sea imprescindible su utilización, emplearlo con el altavoz, para poder mantenerlo lo más alejado posible del cuerpo. Tampoco se debe de utilizar en superficies en movimiento tales como coches, trenes, ascensores u otras superficies metálicas; ni cuando la carga de la batería es muy baja, porque emite más radiación.
· No guardar nunca el móvil pegado al cuerpo. Si es imprescindible que lo llevemos con nosotros podemos utilizar una bolsa de almacenaje que colgaremos de la mano.
· Evitar bombillas halógenas en cuya base hay transformadores que emiten campos magnéticos muy intensos, así como tubos fluorescentes y bombillas de bajo consumo. Se pueden sustituir por bombillas halógenas sin transformador, llamadas eco o bien por las incandescentes.
· Desechar las antiguas pantallas que llevan tubos de rayos catódicos y optar por pantallas planas.
· No usar horno microondas, ni dispositivos como vigila bebés.
· Optar por ropas de tejidos naturales como el algodón, la lana o el lino. El uso de ropa sintética (poliéster, por ejemplo) favorece la acumulación de la electricidad estática. Mucho cuidado con la ropa llamada bio o eco. Habremos de comprobar las etiquetas que demuestren que son tejidos naturales. A menudo se trata de productos de síntesis, derivados de petróleo que llevan tal nombre porque proceden de materiales reciclados.
· Usar calzado de tejidos naturales o cueros.
· Consumir productos frescos, a poder ser de cercanía, de los que sepamos que no han sido modificados genéticamente ni han sido expuestos a radiación para conseguir el efecto final pretendido.
· Caminar por suelos naturales descalzo para descargarse de la electricidad estática (arena, tierra, césped, cerámica…).
Es conveniente identificar los puntos de exposición y reducir al máximo esta, tanto en los entornos doméstico como laboral. Si aún no estamos afectados por la electrohipersensibilidad, no debemos ni podemos postergar el momento de impedir esta enfermedad.
Con el fin de evitar llegar al extremo de ser una persona electrohipersensible, como ciudadano es necesario y prudente prevenir, sobre todo teniendo en cuenta que los distintos gobiernos no están tomando las medidas de precaución necesarias.
Es más, estamos expuestos a publicidades engañosas y voraces por parte de empresas que tienen intereses en telefonía y radiofrecuencia que anteponen los beneficios económicos al bienestar de la población.
A este gran hándicap hay que sumar la ocultación de la evidencia y la publicación de diversos estudios interesados y pseudocientíficos en los que fallan dos premisas básicas: carecer de independencia y de objetividad, que buscan confundir al ciudadano, crear estado de opinión y eliminar cualquier postura crítica con la finalidad de lucrarse a través de la venta de sus productos.
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